En la tranquilidad de nuestros hogares, donde la seguridad y el bienestar deberían estar garantizados, se esconde una amenaza silenciosa: los productos químicos domésticos comunes. Una investigación reciente, liderada por el Dr. Paul Tesar de la Universidad Case Western Reserve, ha arrojado luz sobre cómo dos clases de sustancias químicas, omnipresentes en nuestro entorno cotidiano, podrían estar jugando un papel en el daño a las células cerebrales, específicamente a los oligodendrocitos, esenciales para el correcto desarrollo y funcionamiento del cerebro.
La Sombra Química en Nuestros Hogares: Un Vistazo a los Riesgos Cerebrales.
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